Buenas Gentecilla Bella
Hoy os traigo algo muy interesante que conocí recibiendo correos de las chicas de "Somos Estupendas", donde gracias a ellas, aprendí lo que era el famoso rol, llamado: "El Rol de la Salvador/Salvadora".
Os diré que descubrí que soy una persona con ese "Rol de la Salvadora" y nunca lo había sabido, y que tengo que aprender a controlar de serlo tan "obsesivo", porque a veces me crea que me olvide de mi misma).
Así que, si esto resuena con vosotr@s, y queréis aprender un poquito más sobre: "El Rol de la Salvador/Salvadora" y cómo dejar de serlo, y cuando terminéis de leer, entenderéis porque no es tan buena serlo en exceso.
"El Rol de la Salvador/Salvadora", se caracteriza por querer “rescatar” a los demás, sintiendo constantemente la necesidad de que te necesiten.
Cuando adquirimos este rol, comúnmente con la pareja o con alguien que queremos muchísimo, nos hacemos responsables de los problemas de la otra persona. (En este punto me vi reflejada).
Y por lo general, nos posicionamos por encima, sin confiar en que dicha persona pueda gestionar sus problemas por sí sola (todos podemos gestionar nuestras cosas por si mismos, pero es verdad que nos gusta sentirnos ayudados por gente que de verdad nos aprecia).
Esto puede acarrear no solo problemas dentro de la relación,
sino también problemas a nivel individual.
Atendemos el ruido del entorno, y dejamos de escuchar nuestra propia voz…
Si os habéis sentido identificad@s es posible que hayáis adquirido este papel en una o varias de vuestras relaciones (bien sean de pareja, amistad o familia…).
Pero recordad, identificarlo es el primer paso para hacer lo
necesario por cambiar esa situación.
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Me gustaría contaros que nos cuenta la Psicóloga Emma García, sobre el "Rol del Salvador/ Salvadora"
- Por algún tema laboral, personal...
- Por lo que nos está pidiendo la otra persona y no queremos hacerlo porque nos parece abusivo y tenemos que decir que no...
- Porque alguien nos pida dinero y no queremos prestarlo...
- Se posiciona por encima del otro. Ya que él está ayudando, se siente superior y al otro lo hace pequeño porque no deja que lo haga solo. Y a su vez, el ego del salvador les hace ser incapaces de reconocer que también necesitan ayuda y pedirla.
- Escaquearse de sus propios problemas y de su dolor a sus carencias emocionales y a sus conflictos internos.
- Se sienten valorados, que son imprescindibles. Es la única forma por el sentimiento de sentirse vistos. Pero si el otro ya no les necesita, vendrá la frustración y sentirse perdido.
- Tener el control. Mientras el otro me necesite, le podré controlar y así no me abandona.
Nos han enseñado desde pequeños que hay que ayudar a los demás, y muy bien, para contribuir a dejar una sociedad en paz y armonía. Pero siempre que esta ayuda sea recíproca.
El rol del salvador/a, es un papel en el que nos responsabilizamos de los demás y dejamos de lado nuestras responsabilidades.
Este papel aparece en personas que en la infancia y adolescencia tuvieron que tener responsabilidades que no les correspondían por su edad (madurar antes de tiempo): cuidar de sus hermanos pequeños, abuelos o padres ausentes, y también, a veces, primeras experiencias de pareja en la adolescencia que no fueron buenas.
El psicólogo americano James D Guy lo llamó reciprocidad emocional alterada.
En la infancia se ve alterada la forma en que se relaciona el niño hasta ser adulto.
La persona se vuelve muy complaciente y sensible a las necesidades de los demás, olvidándose de sus propias necesidades.
Por eso no es casual que luego escojan parejas con deficiencias afectivas o con problemas psicológicos.
Querer ayudar a sus parejas como el “falso psicólogo”, le van a generar unos problemas psicológicos como baja autoestima, cansancio emocional, impotencia, ansiedad, nerviosismo, sentimientos de fracaso, codependencia y depresión.
Pero no podemos ser psicólogos de nuestras parejas, ni de nuestros padres, hermanos, amigos…
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¿PODEMOS AYUDAR?
Claro que sí, pero ante problemas graves, ¡no! Y, además, esa ayuda siempre tiene que ser recíproca. Esto no solo pasa en parejas, también se da en relaciones padres-hijos, como esa madre que le sigue haciendo la cama a su hijo de 40 años o ese hijo que no vive su vida por estar todos los días en casa de los padres, siendo padres autosuficientes.
Como decíamos al principio, nos han enseñado desde pequeños que hay que ayudar a los demás, y muy bien, para contribuir a la paz y la armonía en nuestra sociedad.
Ser altruistas hace que mejoremos las vidas de otras personas, pero cuando nos olvidamos de las nuestras, ya hay un problema.
El salvador suele buscar a personas a las que les hace falta ayuda. Suele buscar personas codependientes, que sienten que no pueden vivir sin el otro y que le necesitan constantemente.
Al principio, el salvador se ve grande ante el otro: “Me necesita, me quiere”.
Pero después se ve asfixiado y agobiado. Ninguno de los dos está bien.
Y esto, lo hemos dicho, también pasa en el ámbito familiar y entre amigos.
En realidad, el salvador utiliza su ayuda para sentirse importante y verse superior al que ayuda.
De esta manera controla a los demás y así él mismo no atiende ni se trabaja sus propios problemas, que en realidad son un rollo.
Lo curioso es ver cómo el salvador no suele dejarse ayudar.
Y lo correcto es ayudar y dejar que te ayuden.
Pero hay situaciones en las que no podemos ayudar al otro:
Si nos encontramos mal psicológicamente...
El problema realmente es cuando damos más de lo que nos corresponde.
Ayudar creyéndose uno que debe solucionar los problemas de los demás.
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¿POR QUÉ LO HACE PRINCIPALMENTE?
Porque necesita sentirse necesitado, solo aporta el salvador, y más de lo que realmente puede.
Esto hace que las relaciones sean complejas y sólo estén basadas en un apoyo unilateral.
La autoestima del salvador pasa a depender de los demás y depende de la cantidad de sacrificios que haga a otras personas y así recibirá el elogio o reconocimiento de los que ayudan.
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¿QUÉ VENTAJAS APORTA EL ROL DEL SALVADOR/A?
Es decir, cuáles son las ganancias secundarias, porque si no las hubiese, no lo haría:
Debe quedar claro que quien se relaciona desde el rol del salvador vive en frustración por sentir que no recibe lo mismo que da a los demás.
Así que mejor no ir por la vida con este rol acuestas para que no suframos por no tener la reciprocidad que pretendemos tener de las otras personas.
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Por último, para que tengáis otra visión de lo que se le llama Rol del Salvador/a, os voy a presentar a continuación como lo explica la Sicóloga María.
¿QUÉ ES EL ROL DEL SALVADOR/A?
El rol del salvador/a es un papel que cumplimos dentro de un sistema. El lema de este rol o papel es que el otro siempre va primero y, después, si hay tiempo para mí, ya iré yo. Cuando asumimos este rol nos responsabilizamos de los demás y dejamos de lado nuestras propias necesidades y sentimientos. (Me siento identificada con esto la verdad porque a mí me pasa muchísimo).
Cuando llevamos mucho tiempo adoptando el rol de salvador/a, lo que sucede es que nos empezamos a definir desde ese rol: "Soy buena" y nos valoramos en base a eso.
La principal característica es siempre estar dispuesta a ayudar, salvar y justificar a todo el mundo. (Super reflejada me siento con esto).
Rol salvador/a: atender al ruido del entorno y no escuchar mi voz.
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EL ROL DE SALVADOR/A EN LA SOCIEDAD
Cuando adoptamos rol de salvador/a nos pensamos que el otro nos necesita y sin nosotros no puede actuar. Esta Falsa creencia nos hace ver al otro con superioridad: "Yo sé cuidarte mejor que tú mism@".
Esto lleva a muchos conflictos en las relaciones porque dejamos de confiar en la autonomía de la otra persona y la vemos como un infante.
El rol de salvadora puede convertirse en una profecía autocumplida y se entra en un círculo vicioso: cuando creo algo tan firmemente que construyo esa realidad.
Cuando salvo al otro porque creo que no es capaz le estoy robando la oportunidad de autogestionarse. Además, el resto de tu entorno se acostumbra y espera que tú continúes con ese rol, porque siempre estás disponible, tienes una capacidad resolutiva tremenda, siempre escuchas…
Sabemos que salir del Rol salvador/a, que está tan valorado en la sociedad, es complicado.
Genera mucho malestar romper con un patrón al que estás acostumbrad@, donde ya no eres el mismo o la misma, y por el cual te pueden llamar egoísta.
Es posible que sientas que los demás se están dando cuenta de que estás cambiando y pienses que te dejarán de querer, pero mereces cuidarte y poder poner límites.
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ORIGEN DEL ROL DE SALVADOR/A
Existen varias teorías que hablan de esta tendencia a cuidar y poner a los demás por delante.
El triángulo dramático de Karpman habla del rol de la salvadora y explica que hay diversos roles desadaptativos que podemos tomar en las relaciones, que pueden hacer que se sufra muchísimo.
Se trata de un triángulo vicioso donde encontramos 3 roles:
- El rol de salvador/a.
- El rol de perseguidor/a: donde la persona se siente superior desde la crítica.
- El rol de víctima o de niño/a herida.
Cuando hemos tenido cerca o tenemos cerca a una persona que tiende a tomar el rol de víctima o de niño herido es más probable que entremos en ese círculo y tomemos un rol paralelo.
Es decir, si estoy con una persona que esta en el rol de no puedo hacerlo sola es más probable que yo coja un rol de salvadora: no te preocupes, te ayudo, qué necesitas…
Y también, si yo actúo desde un rol de salvadora es más fácil que mi entorno se sitúe en un rol de niñ@ herid@.A nivel familiar a veces se nos envían mensajes que potencian el rol de salvador/a: hay que ayudar, hay que estar para el otro, lo más importante es ser querido…
Bueno Gentecilla nos vemos la próxima semana ☺️
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