Hola Gentecilla Bella
Hoy os traigo una nueva entrada otro sábado más, cada vez me siento más feliz y realizada con mi blog, porque expongo en forma de palabras todo lo bueno o malo, que puedo estar sintiendo en ese momento en mi mente y como el nombre de mi blog en el alma... Sentimientos encontrados en el alma que me hagan reflexionar...
El escrito de hoy trata sobre las promesas y puedo deciros que se pueden encontrar dos tipos de promesas.
Por ejemplo, una primera forma son las promesas que uno mismo se hace internamente y una segunda forma es las promesas que podemos recibir de otros, que nos hacen hacia nosotros, que pueden cumplirse o no tanto si son hechas por nosotros mismos como las promesas recibidas de otros.
Yo he sufrido mucho tanto con una forma como con la otra.
Porque muchas veces nos hacemos promesas y muchas salen adelante y otras quedan en el olvido.
Y cuando otras personas nos prometen hacer cosas con nosotros, quedar, escribirnos un mensaje...
A veces cumplen sus promesas y otras veces se quedan igualmente en el olvido.
Yo pienso que sí prometes algo debes intentar cumplirlo, porque si luego no cumples con dicha promesa, puede que la otra persona se quede decepcionada o si te has prometido algo y no lo cumples puede que se dañe tu autoestima.
Por ello, os recomiendo que si la promesa es tanto hecha por vosotros para prometeros algo, cuidado con lo que os prometéis y con las ganas que la penséis, porque si cumplís con la promesa que habíais acordado haceros, será un logro maravilloso sobre todo para vuestra autoestima.
Y a tod@s los que me leéis por favor os pido que si vais a prometer algo a otra persona, hagáis lo posible por cumplirlo y si por lo que sea, no podéis cumplirla por lo que sea, podáis tener una solución o una buena explicación para que la otra persona entienda porque la habéis incumplido.
Porque yo se lo que es tener la ilusión de que te han prometido algo y que no salga al final y no te den una buena explicación, y os digo que se te queda una sensación feísima en el alma, porque piensas que algo malo has hecho o que te merecías que saliese mal... y nada de eso es que esa persona no se da cuenta que ese fallo puede hacer que la otra persona se quede muy dolida.
Hay veces que ya cuando te dicen... te prometo x cosa.. ya te quedas con la sensación de que si te han fallado una vez, te pueden fallar más veces, pero eso no es así porque no todas las personas son iguales, quizás esa persona tenga un problema con sí misma y ni lo sepa.
Así que si os prometéis algo o prometéis algo cumplidlo por favor porque así nadie saldrá dañado.
Deciros que este escrito lo hice una tarde en la tumbona de la piscina de Pueblo Indalo (Mojácar) en mis vacaciones con mi padre en Septiembre.
Mil gracias como siempre.
Os veo por aquí el próximo sábado ❤️😋
Hola, Marta! Otro sábado más, pones en relieve un tema interesante y digno de conversaciones desde muchos ángulos: las promesas. Cuando alguien promete algo, queda inmediatamente en deuda con el otro, que estará pendiente de su cumplimiento. Y es muy lógico porque si prometes algo es porque estás en disposición de cumplirlo. De lo contrario, habrás creado unas expectativas que si no son explicadas convenientemente, dañarán la relación. Ahora bien, habria que analizar de qué tipo de relación hablamos. A veces, damos por hecho que las personas van a poder hacer por nosotros lo que haga falta para cumplir su palabra, independientemente del vínculo que tengamos con ellas. A veces, cumple más alguien que conocemos de hace poco que gente con quien tratamos desde hace tiempo, esa es la realidad. Lo importante, desde mi punto de vista, es ser realista en cada caso. La emoción del momento nos lleva a no considerar algunas variables que pueden surgir en el camino, y que impidan que la promesa se cumpla. En este caso, la persona que promete tiene el deber de poner en conocimiento de la otra persona las razones que le impiden cumplir. Esto es lo que demuestra verdaderamente, a mi entender, que esa persona está asumiendo la responsabilidad de sus actos. Eso, querida amiga, demuestra el verdadero afecto. Si no es capaz de cumplir una promesa y no lo pone en conocimiento de la otra persona a la que se la ha hecho, es posible que se tenga la convicción de que está dejando a un lado los sentimientos de ella, y es importante escuchar sus razones, no obstante. Si, una vez demandadas, no se ofrecen, la señal es inequívoca: depositar nuevamente la confianza en esa persona es un riesgo. Por eso es tan importante el diálogo; quedarse solo con una versión puede dar lugar a apartarse de una persona que, quizás, no fue consciente del daño que podía sentir la otra persona con su fallo. Encantada siempre de leerte, tu amiga Eva.
ResponderEliminarMi querida Amiga Eva y para mi es un inmenso placer tenerte en mi blog y que me dediques siempre tan maravillosas palabras porque también aprendo mucho de lo que me dejas redactado en comentarios, mil gracias por siempre. Tu amiga Marta
EliminarMe ha encantado el leerte de nuevo, el texto de hoy me ha hecho pensar y reflexionar sobre la calidad de las promesas tanto nuestras internas cargadas de buenas intenciones y las que vienen de fuera que aunque también pueden ser de calidad, a veces quedan en el olvido. Como tu ya sabes yo no dejo ninguna en el olvido y si no puedo cumplir es por alguna razón justificada. Deseando volver a leer tu próxima entrada de blog, tu lector anónimo.
ResponderEliminarGracias por leerme siempre y me alegra que te haya gustado, se que no las dejas en el olvido y si no has podido ha sido por causa de fuerza mayor (enfermedad...), Pero no me dejes muy olvidada jejeje gracias mi querido lector anónimo
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